Fueron tiempos de desconcierto y dolor. Los templos eran
profanados a lo largo de todo el imperio. Las relucientes espadas, la furia de
los caballos y el ruido ensordecedor de los cañones conmovia el sagrado suelo
del valle de Urubamba. Los muertos se contaban por miles mientras las ofrendas
de oro y plata eran fundidas en los hornos del invasor. Sin embargo, los incas
no perdieron la fe. Por el contrario, decidieron renovar el pacto con el dios
del Sol y juraron eterno silencio sobre la localizacion de su ultima morada
sobre la Tierra: la maravillosa ciudad de Machu Picchu. El alma del pueblo
inca, sus creencias y su cultura pasaron a depender, desde aquel momento, de
un secreto compartido por infinidad de hombres, mujeres y niños. Un secreto
que debio resistir no solamente el tiempo, sino tambien la muerte y la
tortura, la carcel y la codicia. Desde mediados del siglo XVI hasta su
descubrimiento por parte del norteamericano Hiram Bingham, el 24 de junio de
1911, la increible ciudad de los incas desaparecio por completo de la
historia. Fueron 400 años de absoluto silencio. "Los dioses nunca dejaron de
protegerla", aseguran los habitantes de aquellas regiones.
Ubicadas a unos 2400 metros sobre el nivel del mar, dominando
todo el valle de Urubamba, y flanqueadas por picos eternamente nevados, las
ruinas guardan en su interior infinidad de misterios que recien hoy es posible
comenzara comprender. Recientes excavaciones pudieron rescatar los cadaveres
de 135 personas enterradas en su cementerio, y a partir de su estudio los
arqueologos constataron que se trataba de los esqueletos de 109 mujeres y tan
solo 22 hombres, entre los que se debe contar cinco niños. El numero
desproporcionado de restos femeninos y la comprobacion antropologica de la
belleza de sus facciones desperto una gran curiosidad en los investigadores.
Segun se cree actualmente, una gran parte de la mujeres eran "acllas" o
escogidas, dedicadas a las tareas de culto. Otro grupo, con los niños, estaba
formado por las jovenes que se encontraban a su servicio y por lo tanto no
tenian necesariamente que ser virgenes como sus amas. Los hombres, se
concluyo, eran guardias. ¨Fueron estas mujeres residentes antes de la
conquista española o se refugiaron alli para poder escapar de los profanadores
de templos?. Nadie lo sabe a ciencia cierta. Pero este no es el unico
interrogante que encierra la "ciudad de las mujeres". Machu Picchu, al
parecer, fue un Akllawasi, o "casa de las escogidas", en la cual se realizaban
todas las ceremonias del culto solar. Decenas de jovenes procedentes de las 3
regiones que constituian el imperio llegaban hasta el lugar para iniciar una
vida al servicio del dios del Sol.